Para que un equipo de música fuese fiel no debería alterar, quitar ni añadir nada a la grabación original, sino limitarse a reproducirla respetándola exactamente como se grabó. Pero por desgracia a efectos prácticos esto nunca se cumple del todo.
Una de las alteraciones que se producen es la de la respuesta en frecuencia, es decir, la modificación de las amplitudes de volumen de las diferentes frecuencias respecto a las de la grabación original. Por suerte, podremos mejorar este aspecto de la fidelidad del equipo corrigiéndolo mediante la ecualización de la respuesta.
La respuesta en frecuencia de un equipo de sonido
Hemos de tener claro que cualquier equipo de sonido junto a la acústica de la sala en la que suena, van a alterar en mayor o menor medida el espectro frecuencial de la señal original. Dicho de otra manera, la proporción de amplitudes de las frecuencias que oiremos no será exacta a la original.
Dependiendo de la acústica de la sala y la calidad del equipo, nos encontraremos que se refuerzan o atenúan indeseadamente ciertas frecuencias, dando un toque más frío, o más cálido, o más irregular, provocando una mayor fatiga auditiva, una menor claridad, una ausencia de ciertos detalles, etc… y por lo tanto coloreando la grabación original.
Una prueba reveladora, el test de ruido blanco
Una prueba muy ilustrativa para comprobar cual es la respuesta en frecuencia de un equipo de sonido consiste en reproducir una grabación de un ruido blanco (ruido que contiene la misma potencia a todas las frecuencias y por tanto la gráfica de su espectro es plana) y medir con un micrófono y un analizador el espectro del sonido que realmente se está recibiendo en el punto de escucha.
Si el equipo y la sala fuesen ideales y fieles, la captura de la emisión de un ruido blanco cuya gráfica espectral era plana, debería ser también una gráfica espectral plana en el punto de escucha. Es decir, no se debería alterar la potencia de la señal en ninguna de las frecuencias.
Como el equipo y la sala ideal no existen, siempre se detectarán en mayor o menor medida irregularidades en la respuesta, lo que indicará que por tanto se está alterando de la misma manera todo lo que reproducimos con ese equipo.
¿Qué es un ecualizador?
Es un dispositivo que nos permite aumentar o reducir la potencia o amplitud de determinadas frecuencias de manera individualizada, con el objetivo de corregir esas desviaciones de la respuesta frecuencial que se producen en nuestro sistema de sonido.
Es decir, si medimos la respuesta de nuestro equipo y se observa una resonancia de 4 dBs en torno a los 100 Hz y un valle de 6 dBs en 1 KHz, el ecualizador nos permitirá corregirlo reduciendo 4 dBs a 100 Hz y aumentando 6 dBs a 1 KHz para así obtener una respuesta más plana y fiel de todo lo que reproduzcamos.
Tipos de ecualizadores
Los ecualizadores pueden ser analógicos, digitales, físicos, por software, etc. Pero si hacemos la clasificación solamente según su funcionalidad, encontraremos los siguientes tipos.
Ecualizador Shelving
Es el más sencillo. Consta normalmente de regulación de la ganancia de agudos, graves y a veces medios, cada uno de ellos a una frecuencia prefijada. Son poco versátiles para ecualizar permitiendo sólo ajustes generales. Los solemos encontrar en algunos amplificadores home y en la mayoría de mesas de mezclas.
Ecualizador Semiparamétrico
Similar al anterior, pero esta vez podemos seleccionar también la frecuencia de actuación de cada una de las ganancias, lo que ya permite corregir defectos concretos en más variedad de frecuencias.
Ecualizador Paramétrico
El más completo de todos, ya que permite elegir tanto la frecuencia de actuación de las ganancias, como su ancho de banda o factor Q, que permite hacer que la ganancia afecte a más o menos frecuencias en torno a la frecuencia central seleccionada en cada banda, facilitando una ecualización con gran detalle y precisión.
Ecualizador Gráfico
Son los más comunes y normalmente constan de 5 a 31 bandas fijas en las que solo se puede regular la ganancia de las bandas. Al ser poco configurables, interesa que tengan el mayor número de bandas posible para conseguir ecualizaciones más precisas.
DSPs y ecualizadores software
También podemos encontrar la funcionalidad de ecualización en los procesadores digitales de señal (DSPs) o en programas y plugins software que corren en ordenadores o programas de sonido. Sean como sean, las funciones de ecualización serán muy similares a las descritas arriba.
Otros usos de los ecualizadores
Aparte del uso para corregir la respuesta de un equipo de sonido, los ecualizadores también son usados para otros menesteres; como filtrado, por ejemplo para reducir un ruido a una frecuencia muy localizada, o como efecto creativo en la producción musical para manipular el espectro de ciertas pistas musicales o instrumentos.
Ecualización… entonces, ¿la panacea?
La ecualización es una práctica casi imprescindible en el mundo de la sonorización profesional, que como hemos visto permite corregir una distorsión lineal muy importante, la de la amplitud de la respuesta en frecuencia, e incluso permite correcciones de fase en el caso de aplicarse mediante DSPs con filtros de tipo FIR.
En mi opinión vale la pena, ya que los resultados pueden ser satisfactorios y mejorar notablemente uno de los aspectos de la fidelidad de un equipo. Pero no hay que olvidar que existen otro tipo de distorsiones y defectos como son todas las distorsiones no lineales, la distorsión armónica, distorsiones de intermodulación, limitaciones de ancho de banda, rango dinámico, ruido de fondo, etc… que no podrán ser resueltos mediante esta técnica y que también juegan un papel muy importante en la fidelidad sonora.
El sonido es tan fundamental, al menos para mi. La ecualización es muy importante a la hora de reproducir algo, hace que el disfrute y la apreciación de una canción, de voces de todo lo que se pueda escuchar sea mejor, conocer toda esta información que brindan aquí es de gran ayuda. Yo no podría andar en mi auto sin poder escuchar buena música proveniente de una buena ecualización.